viernes, 21 de diciembre de 2007

Quien decide?

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Creo, que en estos casos nos convoca a todos, partes integrantes de una sociedad a una actitud reflexiva, crítica e investigativo de la realidad que nos rodea, y tratar de observar si existe un congruencia entre lo que se requiere y lo que se observa.
El accionar de nuestros directivos crea un manto de sospecha que pone en tela de juicio las direcciones que toda institución pretende inculcar a quienes formamos parte de ella de manera directa o indirecta.
Por un lado las vocales de la Junta de Calificaciones y Clasificaciones hacer observar a la docencia en general el descontento por las nuevas decisiones tomadas para las bases de clasificaciones para los niveles Medio y Terciario, las cuales fueron modificadas sin el consenso de los docentes, dicho de otra manera “sin importar lo que se había decidido por mayoría”, en un intento de modificar viejas prácticas, ¿ se acuerdan?
Por el otro lado, la Secretaria general de Adimyt tilda de “ignorancia docente[1]” lo esgrimido por sus colegas de la Junta de Calificaciones, que intentan explicar que es lo que ellas entienden que ha pasado, me asombra pensar que los docentes en un primer intento de “democracia real educativa” hayan elegido a docentes que sean “ignorantes en el hacer pedagógico.” No obstante ello la Sra. Secretaria “nos ilustra” con la sabiduría propia de quienes ocupan cargos directivos, “el valor de una mesa de dialogo, el trabajo que significa ,el conocimiento que hay que tener, las discusiones que hay que aguantar, que ellos dan la cara, que hay gremialistas que no tienen capacidad ni conocimientos,(y quieren tener el mismo puntaje que un licenciado), y con la lógica de los ilustrados es justo que las decisiones que nosotros hemos tomado, no sirven de nada. ¿se acuerdan?
El placer de decidir

Sentirse bien es una estrategia que genera el placer de la opción, ahora bien en muchas ocasiones es fácil darse cuenta que no todo es placer cuando se elige, es necesario tener en cuenta, por otra parte que el placer de la libertad no solo pasa por la cantidad de opciones, sino desde el lugar donde se hacen. Uno elige de acuerdo a la valoración que tiene de las cosas, y por ello cuando se pidió la opinión acerca de algunas valoraciones se crearon las discusiones en las escuelas para tratar de dar un poco de conformidad al menos a la mayoría. Y así salieron en una suerte de conformismo general, como para decir ¡ por fin ¡ decidimos nosotros y si nos equivocamos nos equivocamos nosotros, que no es lo mismo que otros decidan por nosotros.
De repente hoy nos encontramos como ayer ¿se acuerdan? A veces pienso en la ética ¿ tendrá algo que ver? Dicen, que para sostener una actitud ética en la vida, es necesario observar las cosas desde el ángulo de los otros, eso significaría que los directivos cuando toman decisiones puedan anticipar en alguna medida los efectos que puedan producir sus acciones. Nosotros venimos de un pasado al cual no lo podemos cambiar, pero debe servirnos para mirar el presente augurando un futuro mejor.
Dice la Sra. Secretaria General “nosotros estamos exigiendo al gobierno que escuche a todos los sectores sin discriminación alguna, y seria bueno que todos se pongan en el mismo lugar, ya que es la única forma de superar la crisis educativa” (sic) ¿y lo que los docentes decidieron?
En el tratado “El conocimiento inútil” de Jean Francoise Revel, la dispensa intelectual sustituye al análisis objetivo de los hechos y el conocimiento de realidades complejas con todas sus variables, por esquemas teóricos simplistas que retienen solo los elementos útiles a sus pretendidos postulados o demostraciones desechando u omitiendo aquellas susceptibles de contradecirlas o refutarlas.
En estos casos siempre es necesario la excusa, la explicación de lo que se hace, como lo manifiesta la Sra Secretaria, de lo que se pide, que es una necesidad desde tiempos de gobiernos que nos llevaron a esto, a desmantelar nuestra unidad que es el único sustento de lograr el todo
Sería mas que interesante que nos preguntáramos, cuál es la experiencia preponderante que estamos transmitiendo como educadores; ¿de potencia o impotencia? ¿Entregarnos a lo que otros puedan decidir o de sentirnos parte de la historia?

“No confundir soberbia con orgullo, por favor. Uno puede estar orgulloso de lo que hizo, de lo que logró, de los efectos de los que fue causa. Soberbia, la mayor enfermedad - hybris le decían - según los griegos de antes, es creer que uno es el supremo, absoluto, y no tener un techo sobre su cabeza para seguir aprendiendo” Shakespeare


Prof. Juan Carlos Diaz
Lic. En Educación Física

























[1] Diario el liberal pag. 5 12 de Enero 2006

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