Los niños son los mensajes vivientes que enviamos a un tiempo que no hemos de ver (Neil Postman)
domingo, 16 de marzo de 2008
Es saludable practicar deportes?
¿Es Saludable practicar Deporte?
Dado los acontecimientos parecería que no, pero en realidad el precepto “El Deporte es Salud” debe interpretarse racionalmente, por el hecho que el concepto ha sido enunciado para la apropiación del mismo. Pero esta apropiación no debe corresponder a lo que “vulgarmente” expresamos, “aprendes por las buenas o por las malas”, la diferencia está, que por un lado el mismo no se concreta, en muchas oportunidades. El Día sábado observaba a un nutrido grupo de jugadores reunidos en la puerta de emergencia del Hospital, por un compañero que se había descompuesto durante un partido de fútbol y el cual desgraciadamente falleció.
Esto, no es una sorpresa, ya ha pasado en otras oportunidades y solo los familiares sienten el impacto, por los demás, “tendremos que cuidarnos un poco.”Parecería escucharse, pero, no debería tratarse tan solo de una expresión momentánea ungidos por la situación, porque al sábado siguiente todo vuelve a ser lo mismo
Creo, que ya es tiempo que los mecanismos de control deben comenzar a funcionar a pleno y como corresponden, hay una Ley que establece los horarios de prácticas deportivas y nadie lo hace cumplir, en nuestra provincia, programar los partidos en horarios de siesta con altas temperaturas en una “bomba de tiempo”, si los jugadores entrenados para el deporte sienten el rigor, todos aquellos que practican el juego sin una prevención adecuado, tienen que sufrir las consecuencias. Aparentemente los organizadores están mas preocupados por el “carné” que lo habilita para jugar en cada equipo (no sea cosa que incluyan un jugador no autorizado) a que no lo dejen jugar por no tener el “Carné” Sanitario.
“El fútbol…” cobró otra victima” dice el articulo en el diario, y esa frase me tortura, el “fútbol no tiene la culpa” -ya hice referencia en otra oportunidad con este titulo-, son muchas las causales pero NUNCA el deporte, el juego tiene la intencionalidad del que lo práctica, del que lo organiza, del que lo controla, pero nunca es el culpable. Hasta cuando se debe esperar, cuantos deben morir para que alguien tome la responsabilidad de controlar, de sugerir, orientar, y en el último caso de “Ordenar” lo que se deba o no hacer.
El Deporte No es para todos
La confusión existente es pensar que, “me calzo los cortos, me ato los botines y listo, en seguida vuelvo… no te quedes hasta tarde…” se escucha desde el atrás, y el juego se tornó una pesadilla en muchas ocasiones y podrá continuar siéndolo sino se toman los recuados. El deporte posee una cualidad que lo hace poco aconsejable para quienes lo realizan eventualmente. El deporte impone reglas a las cuales deben adaptarse, sin importarle mucho cuál es la historia medica, cuáles son los factores de riesgo y qué grado de habilidades motrices poseen, . deben correr detrás de una pelota al ritmo de ella, deben inclinarse en ángulos no convenientes para el estado actual y el trabajo cardiaco debe responder al ritmo del deporte o del que le impone el contrincante con el cual esta participando, sumado a ello la imperiosa necesidad de “ganar el juego” las tensiones que se producen, producto de los roces propios del juego y el orgullo de querer demostrar que puede.
El deporte no es para todos, al menos en las condiciones que muchas veces se lo practica, los horarios y el clima poco apto para desarrollar actividades extenuantes en cuerpos poco acondicionados, la excesiva competencia que se genera, como si ello solucionara todos los problemas existentes, el mal estado físico que deja sobrepeso, el tabaquismo, una alimentación desequilibrada e hidratación insuficiente ( este es otro tema mas que importante, sobre todo en los calores de nuestra provincia, y creen que con tomar sorbos de agua de la canilla solucionan el problema, la hidratación es mucho más compleja) en muchas ocasiones hay personas que juegan sábados y domingos pero en fin, como no pasa nada, o mejor dicho las estadísticas -parecería ser- no lo justifican, todo sigue igual.
Pero en realidad, ¿nuestro organismo está preparado para desarrollar actividades físicas extenuantes? La revista científica New England Journal of Medicina[1] publicó un artículo sobre el riesgo de sufrir un infarto de miocardio (músculo del corazón) por parte de los deportistas ocasionales, debido que someten a dicho órgano a una sobrecarga de trabajo en forma repentina. La investigación informa que el peligro de un incidente cardiaco disminuye notablemente si en vez de hacer deporte esporádicamente se hace con regularidad y en forma aeróbica, en otras palabras, realizar actividades que lleven aire a los pulmones en forma equilibrada.
Pero, si de gustos se trata, jugar al fútbol todos los fines de semanas, implica tomar precauciones, como visitar el médico para hacer una evaluación. El examen físico contemplará revisión cardiovascular, (electrocardiograma, ergometría, un exámen de laboratorio mediante el cual se valoran diversas sustancias liberadas en la sangre por diversos tejidos del cuerpo, cuyas cantidades pueden reflejar diversa anomalías en los mismos, como Glucosa, Acido Ürico, Colesterol, y quizás otros exámenes más que el especialista lo considere necesario), que indique la condición física actual y con ello determinar la intensidad de la actividad que se tiene que realizar, como así también conocerr posibles lesiones o mal funcionamiento del organismo. Y si de todo ello implica que es aconsejable cambiar de actividad física, ¿Cuál es el problema? Nadie ha muerto por no jugar, pero, si mueren por jugar al fútbol.
Los distintos aires de una realidad y posibilidades de mejoras
Los avances científicos cada día son mas especializados, oportunos y necesarios para determinar las posibilidades de alargar, salvar vidas y mejorar la calidad de la misma, pero paradójicamente parecería que, todavía nos falta mucho para llegar a concienciar acerca de lo invalorable de estos avances, y como revertir los incidentes traumáticos que se producen en las prácticas física –deportivas, los cuales nos permitirían reducir estos tipos de incidentes que se están acercando mucho a lo corriente y si seguimos así lo podremos considerar como algo natural.
Quizás en un intento de poder lograr una conciencia que se acerque más a los beneficios que ocasionan las actividades físicas-deportivas, se deba implementar (una vez) una Política Deportiva, que permita la conjunción de Instituciones que están relacionadas con las actividades Físicas y la Salud (por ejemplo), porque siempre han trabajado por separado, como si no formaran parte de un mismo problema, se podría intentar con los Profesorados en Educación Física, con sus especialistas en (Preparación Física, en investigación); Colegio de Médicos con sus especialistas en Salud, (Nutrición, Deportes); Colegio de Fisioterapeutas (con sus especialistas en lesiones traumáticas de personas deportistas), Colegios de Abogados (con los especialistas en Legislación Deportiva), y tantas otras que puedan surgir, y a la vez regidos por una Sub-Secreatria de Deportes cuyo rango le permite una mayor prestancia y responsabilidad para lograr autonomía en sus acciones y tomar decisiones concientes y coherentes para la implementación de actividades funcionales para el beneficio de todos los deportistas.
El deporte es un gran aliado de la salud, pero, “No haga deportes para ponerse físicamente en forma, póngase físicamente en forma para hacer deportes “ ( Saavedra C. El Mercurio, Mayo de 1982)
Juan Carlos Díaz
Licenciado en educación Física
[1] Fitness,Salud y Deporte Carlos Saavedra
¿La violencia en el Juego o Juego violento?
La violencia en los niños forma parte de la intoxicación que éstos tienen del mundo violento en el que viven. De manera que hay que ver qué empezamos a hacer los adultos, porque los que producimos los comportamientos tóxicos somos nosotros, estamos produciendo aquello que después criticamos. Los chicos vienen intoxicados de conductas que han perdido el sentido de lo que significa la ética del cuidado, que implica el reconocimiento de la dignidad del sujeto en tanto persona”, expresó la reconocida psicóloga Eva Giberti
Al ser tan compleja la formación de los educandos, cuyos efectos sobre ellos producen todas las manifestaciones emergentes, productos de una sociedad que, de lo que menos se ocupa es de la educación, entonces no puede ser menos la respuesta de los mismos, quienes como dice el DR. Jaim Etcheverry en su libro La Tragedia Educativa “nuestros alumnos quizás no comprenden lo que leen en los libros, pero comprenden muy bien lo que leen en la sociedad”[1], y si en ellos se ponen de manifiesto acciones que tan solo exaltan la competitividad, la vulgaridad, la violencia, lo cual es mirado como parte de esa realidad, que parece tan natural como los que sostienen que, “ el ser humano es por naturaleza, competitivo, violento, y se aferran a esa verdad, para seguir generando acciones que refuercen estos hechos, para después preguntarnos ¿Por qué, pasa lo que nos pasa? ¿Y si es como dicen que nuestros alumnos copian lo que ven, que se puede esperar entonces?
El Juego
El juego que tiene tantas acepciones como autores lo puedan establecer, es el espacio donde se pueden construir y reconstruir las identificaciones, más allá de otras diferentes como es el de la familia por ej. En donde el niño/adolescente/adulto reconoce su propio pensar y decir, lo cual tiene mucho que ver con su propia identidad. Entonces podríamos dejar establecido que si pensamos al juego como generador de situaciones formativas y pueda establecerse como una acción preventiva y poder pensar al mismo, como un factor de desarrollo y mejoramiento de conductas humanas, nos cabria la responsabilidad, la idea, el compromiso de usarlo de una manera más efectiva y de mayor valor.
En el juego (lúdico) el sujeto es libre, espontáneo y creativo, “es el momento en donde se lleva a la máxima expresión la imaginación, es uno con uno mismo”, en cambio cuando se enfrenta a otros, se lo vive de manera distinta, es, como una situación de locura ideal, por momentos mágica, en donde uno se desentiende del mundo real en forma conciente, pero, a la vez, entran en juego tres cuestiones diferentes, pero entrelazadas, la pasión, la agresividad y la violencia
. Tres cuestiones que parecen sinónimas, todas engendran la locura, que se justifica desde esa mirada. La pasión se entiende como desorden del ánimo, como preferencia muy viva por algo y como afición vehemente. La agresividad como capacidad de brío o de decisión para una acción, como posible propensión a ofender o como un hecho que implica una provocación o un ataque. Y la violencia comprende actos fuera de su estado natural, lo que supone ímpetu y fuerza, que se realiza con brusquedad,[2] todas generan acciones contra el gusto, el placer y la alegría, hechos que por lo general quedan fuera de la razón y la justicia.
En consecuencia, la cuestión queda reducida a poder encontrar acciones que respondan a lo que se plantea ¿es el juego violento o hay violencia en el juego?
Creo que la violencia no esta en el juego, ni que tampoco un juego sea violento, porque también nosotros antes jugábamos “a los soldados, los coboys como solíamos decirlo” y no cometíamos semejantes barbaridades como se ven ahora.
Es muy probable que el juego sea el desencadenante de esa violencia, pero, no establezcamos que el juego incita a la violencia, no porque juegue a este o tal juego será violento, ello podrá ser quizás, porque se ha ido formando de esa manera, empapándose en un medio que lo ha ido llevando a mirar de esa “esa manera”, con acciones que lo han ido haciendo ver que es como que no existe otra forma y llega a un momento en el cual explota y ese momento es cuando juega, se libera y expone sus intenciones.
Creo que debemos buscar la respuesta en otro lado, quizás en una sociedad que nos esta marcando un camino hacia la locura, no es descabellado decir que las discusiones hoy en día no terminan en una simple pelea, por lo general terminan en hechos de extrema violencia, sino la muerte, es necesario prestarle atención a lo que se ve en los distintos medios de comunicación, para darnos cuenta que la mirada es para otro lado, el juego es tan solo, un juego, pero lo que lo transforma en distinto es la intencionalidad que lo lleva a jugarlo, quizás si le prestamos más atención y proponemos una mayor incidencia en lo lúdico, las cosas sean diferentes.
Pero mientras sigamos mostrándoles incoherencia en nuestro accionar, injusticia en nuestros fallos y equivocaciones en nuestra toma de decisiones, seguiremos observando las consecuencias en el accionar de nuestros jóvenes.
Prof. Juan Carlos Díaz
Lic. En Educ. Física
Violin1182004@yahoo. com. ar
[1] La tragedia Educativa- Dr. Jaim Etcheverry pag 60
[2] Jesús Castañon Rodríguez
Al ser tan compleja la formación de los educandos, cuyos efectos sobre ellos producen todas las manifestaciones emergentes, productos de una sociedad que, de lo que menos se ocupa es de la educación, entonces no puede ser menos la respuesta de los mismos, quienes como dice el DR. Jaim Etcheverry en su libro La Tragedia Educativa “nuestros alumnos quizás no comprenden lo que leen en los libros, pero comprenden muy bien lo que leen en la sociedad”[1], y si en ellos se ponen de manifiesto acciones que tan solo exaltan la competitividad, la vulgaridad, la violencia, lo cual es mirado como parte de esa realidad, que parece tan natural como los que sostienen que, “ el ser humano es por naturaleza, competitivo, violento, y se aferran a esa verdad, para seguir generando acciones que refuercen estos hechos, para después preguntarnos ¿Por qué, pasa lo que nos pasa? ¿Y si es como dicen que nuestros alumnos copian lo que ven, que se puede esperar entonces?
El Juego
El juego que tiene tantas acepciones como autores lo puedan establecer, es el espacio donde se pueden construir y reconstruir las identificaciones, más allá de otras diferentes como es el de la familia por ej. En donde el niño/adolescente/adulto reconoce su propio pensar y decir, lo cual tiene mucho que ver con su propia identidad. Entonces podríamos dejar establecido que si pensamos al juego como generador de situaciones formativas y pueda establecerse como una acción preventiva y poder pensar al mismo, como un factor de desarrollo y mejoramiento de conductas humanas, nos cabria la responsabilidad, la idea, el compromiso de usarlo de una manera más efectiva y de mayor valor.
En el juego (lúdico) el sujeto es libre, espontáneo y creativo, “es el momento en donde se lleva a la máxima expresión la imaginación, es uno con uno mismo”, en cambio cuando se enfrenta a otros, se lo vive de manera distinta, es, como una situación de locura ideal, por momentos mágica, en donde uno se desentiende del mundo real en forma conciente, pero, a la vez, entran en juego tres cuestiones diferentes, pero entrelazadas, la pasión, la agresividad y la violencia
. Tres cuestiones que parecen sinónimas, todas engendran la locura, que se justifica desde esa mirada. La pasión se entiende como desorden del ánimo, como preferencia muy viva por algo y como afición vehemente. La agresividad como capacidad de brío o de decisión para una acción, como posible propensión a ofender o como un hecho que implica una provocación o un ataque. Y la violencia comprende actos fuera de su estado natural, lo que supone ímpetu y fuerza, que se realiza con brusquedad,[2] todas generan acciones contra el gusto, el placer y la alegría, hechos que por lo general quedan fuera de la razón y la justicia.
En consecuencia, la cuestión queda reducida a poder encontrar acciones que respondan a lo que se plantea ¿es el juego violento o hay violencia en el juego?
Creo que la violencia no esta en el juego, ni que tampoco un juego sea violento, porque también nosotros antes jugábamos “a los soldados, los coboys como solíamos decirlo” y no cometíamos semejantes barbaridades como se ven ahora.
Es muy probable que el juego sea el desencadenante de esa violencia, pero, no establezcamos que el juego incita a la violencia, no porque juegue a este o tal juego será violento, ello podrá ser quizás, porque se ha ido formando de esa manera, empapándose en un medio que lo ha ido llevando a mirar de esa “esa manera”, con acciones que lo han ido haciendo ver que es como que no existe otra forma y llega a un momento en el cual explota y ese momento es cuando juega, se libera y expone sus intenciones.
Creo que debemos buscar la respuesta en otro lado, quizás en una sociedad que nos esta marcando un camino hacia la locura, no es descabellado decir que las discusiones hoy en día no terminan en una simple pelea, por lo general terminan en hechos de extrema violencia, sino la muerte, es necesario prestarle atención a lo que se ve en los distintos medios de comunicación, para darnos cuenta que la mirada es para otro lado, el juego es tan solo, un juego, pero lo que lo transforma en distinto es la intencionalidad que lo lleva a jugarlo, quizás si le prestamos más atención y proponemos una mayor incidencia en lo lúdico, las cosas sean diferentes.
Pero mientras sigamos mostrándoles incoherencia en nuestro accionar, injusticia en nuestros fallos y equivocaciones en nuestra toma de decisiones, seguiremos observando las consecuencias en el accionar de nuestros jóvenes.
Prof. Juan Carlos Díaz
Lic. En Educ. Física
Violin1182004@yahoo. com. ar
[1] La tragedia Educativa- Dr. Jaim Etcheverry pag 60
[2] Jesús Castañon Rodríguez
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