sábado, 19 de julio de 2008

Y el niño Aprende

Y, EL NIÑO APRENDE

“casi el 70% nuestros niños y jóvenes no comprenden lo que leen, es preciso tener presente que posiblemente ellos no comprendan lo que leen en los libros, pero comprenden muy bien lo que leen en la sociedad,[1] y cuando leo tantos hechos desgraciados de violencia en las escuelas, no deja de sorprenderme lo leído en este libro, porque, comienzo a buscar el responsable, como si uno solo debería ser el culpable de ello, pero al reflexionar me doy cuenta que ello es tan solo la consecuencia, la gota que rebalsó el vaso, el resultado de un proceso largo y penoso que comenzó a gestarse, hasta que detonó.
Lo grave del asunto es que, todo es aprendizaje en la vida, pero muchos no nos damos cuenta de ello, o mejor dicho parecería no querer darnos cuenta; esto de la responsabilidad en los hechos no es nuevo y no tiene una sola arista, en primer instancia estamos los padres, todo parece indicar que no es responsabilidad nuestra, la idea es dejar a los chicos en la escuela, concebimos a la misma como un sitio para “depositarlos”,que en muchos casos la preocupación pasa porque les den de comer, , en otras la preocupación es la búsqueda de conocimientos concretos, contención, y fundamentalmente se los eduque, ante ello, nosotros “a otra cosa mariposa”, aparecemos por lo general, cuando llegan los exámenes, y estamos en los pasillos como custodios del saber de nuestros hijos, o aparecemos cuando los mismos denuncian a los docentes, para ejercer la patria potestad y a enseñar a nuestros hijos “que conmigo no se juega” como cuando la mamá le dice a su retoño travieso, “ya vas ver cuando llegue tu padre…” y el niño aprende.
En segunda instancia estamos los docentes, que tenemos un función por demás vigilada, somos vulnerables ante toda la sociedad, situaciones han pasado por demás desagradables, que simplifican por lo general los desordenes externos y que los recibimos por carácter transitivo, en muchas ocasiones podrán tener causa aparente y en otras podrán ser justificadas, pero hacen del mismo un ser avasallado en su función por las circunstancias, muchas veces vivimos la incertidumbre de una toma de decisiones, que es la respuesta ante un estímulo, otras veces porque nos toca ser el “juez” del alumno que por su materia repite el curso, “nos toca en desgracia ser el último examinador de quien ya colgó otras antes”, o nos toca alumnos caratulados como; traviesos, violentos, indisciplinados y también los que responden a la estructura institucional, los que van porque entienden que les puede servir, y cuando nos encontramos ente tamaña situación que parece que se desborda, quedamos en el “ojo de la tormenta”, y según los eruditos debemos tener todas las estrategias para la contención y la solución del problema, pero, cuando tomamos alguna decisión “siempre es la equivocada”, pagamos los platos rotos, y el niño aprende.
En tercera instancia los funcionarios públicos, que desde sus asientos ganados por la convicción de muchos años de docencia, digitan la marcha de las instituciones y lanzan los discursos en muchas ocasiones ambiguos como dijo el, Ministro de Educación de la Nación en declaraciones recientes “la escuela debe educarlo”, aunque en el medio sea una agresor del docente, seguramente el docente “es la mecha que encendió la pólvora”. El alumno debe permanecer en la escuela, aunque cometa cualquier atropello, porque para eso está la escuela, los alumnos se agreden en la calle y se suspenden las prácticas en Educación Física (caso Perito Moreno) entonces cualquier situación conflictiva que se genere, es responsabilidad única de la escuela y todo puede volver a suceder, total no pasa nada. O cuando exponen un discurso de Escuela inclusiva, ¿cuando fue la escuela excluyente de los alumnos? Les dice la escuela no debe sacarlos, pase lo que pase, digo. Y el niño aprende.
En cuarta Instancia muy ligada a la anterior, las decisiones de la Justicia, en las situaciones extremas, que siempre vela por los derechos de los demás y me parece muy acertado el objetivo o el propósito, pero, ¿las obligaciones de quien son? ¿Únicamente de una sola parte? Cuando unos alumnos quemaron un aula en la Escuela Normal y la institución hizo prevalecer, el derecho de los demás alumnos a ser contenidos en una escuela para ser educados, prevaleció el derecho de unos por sobre el de los otros, entonces me pregunto ¿es la escuela transgresora de los derechos por sobre las obligaciones? Todos deben seguir en la escuela, pase lo que pase. En los casos de dominio público y muchos otros, que no salen a la luz, y si la escuela toma la decisión de expulsar a los violentos ¿será esta, una decisión justa? ¿Tiene autoridad la escuela para ello? En una publicación del Diario el Clarín expresaba, el tema de la violencia escolar es, un gran problema en muchas partes del mundo, pero únicamente Gran Bretaña había logrado reducir el 30% de la misma, tomado una decisión que rezaba “tolerancia cero a los violentos”. Y el niño aprende.
Y por último en esta cadena de responsabilidades desde una mirada critica, y sin animo de ofender a nadie, la ESCUELA, que debería ejercer una función de liderazgo, esta condenada a perder frente a una sociedad que ha cada instante la desautoriza y la cual es muda testigo del eco de la violencia que resuenan en sus paredes. Debemos comenzar a pensar de manera distinta, a responsabilizarnos en cada uno de los sectores donde influimos, y no debemos perder ese hilo conductor que significa, Familia-Escuela-Sociedad y que en el fondo significa respeto, tan poderoso como la violencia. Ya que con el, es mas fácil educar que con la violencia. Y el niño aprenderá.


Prof. Juan Carlos Díaz
Lic. En Educ. Física


















no podemos o no “debemos” darnos cuenta de ello, me embarga una sensación confusa porque la mayoría piensa que la solución esta en la Escuela, hay que darle la responsabilidad a la misma, que hay que enseñar educación vial, que educación sexual, que hablar sobre las adicciones, que hay que enseñar los contenidos, que hay que contener a los alumnos, a los padres, que hay que hablar sobre la corrupción, sobre la injusticia, que no hay que olvidarse de lo que pasó y cuantas cosas más aparecerán de aquí en adelante.
Que cacho de responsabilidad para las paredes de ladrillo y concreto que nunca en mi vida las he escuchado hablar, pero un día haciendo caso a todo lo que se ve, pego el oido a las paredes y me quedo perplejo porque escucho, ¿Qué culpa tengo yo? Y los padres, que de chiquitos corrían por aquí y se fueron grandes, ¿se olvidaron que los contenía? Que le ofrecí mi calor cuando tenían frio
[1] La Tragedia Educativa- pag 60 – Dr. Jaim Etcheverri

domingo, 30 de marzo de 2008

a la lata, al latero, a la hija del chocolatero...

A la lata al latero, a la hija del chocolatero….

Y corríamos y saltábamos divirtiéndonos, después agarrábamos “las bolitas”, “las piedras” “para la payana” “pedazos de baldozas, para jugara a la catadita” “la pelota de trapo”, con la cual nos ingeniábamos para armarlas de distintos tamaños y durezas, y jugar distintos juegos, que combinaban las destrezas y habilidades para que conformen el placer del juego. Todo eso combinados con nuestras tareas escolares en las cuales debíamos estudiar primero, para poder salir a jugar, y tan solo durante el día, porque la noche era para descansar. ( Entiéndase a partir de las 0 hora)

Los “jóvenes viejos de mi edad” (55), se deberán acordar, hoy somos, la gran mayoría padres de estos jóvenes deseosos de “divertimentos nocturnos”, que parece que las horas del día no les alcanzan para ello, o quizás no sepan divertirse sino es trasgrediendo lo que es natural, el día para andar, la noche para descansar.

Quizás sea porque nosotros enfrentábamos desde el juego mismo “la posibilidad de tener la posibilidad”(Piaget), es decir saber que lo que no podíamos lograr en ese momento, lo podíamos en el próximo y siempre el otro nos estaba preparando para algo distinto, estaba latente la posibilidad de leerle la mente al contrario para adelantarse al resultado, mirar más allá de los hechos aunque no nos dábamos cuenta en ese momento, mientras que hoy juegan juegos que la tecnología de punta les indica, y que no les permite idear su propio juego, porque ya lo ideó otro, y que además tiene el mismo resultado que mañana, no permiten ver más adelante.

Quizás haya un pensamiento, que

Hoy es distinto, no podemos comparar, son tiempos distintos y eso es obvio, pero, no debemos comparar el tiempo, sino el hecho, ¿nosotros no nos divertíamos acaso? Teníamos todo el día para hacerlo, y era más que suficiente, en definitiva, habrá que diferenciar el día, de la noche y no hacerlo una continuidad, para poder establecer para que esta, cuales son los beneficios de uno y otro, a quien beneficia y a quien perjudica, que significa no asumir las responsabilidades, si me va mal en la escuela, ¿soy parte de es situación? ¿0 es el otro el responsable de esa situación? Qué significa jugar juegos de la “muerte”, que significa jugar juegos creativos, en nuestra época trasnochábamos solo para las fiestas de fin de año, y no nos ha pasado nada. Una anécdota, para mencionar, “en una oportunidad los changos del grupo, que éramos practicantes deportivos, decidimos pasar toda una noche en vela como una forma de sentirnos transgresores de esa realidad y “tomándonos unas cervezas”, y resulta que a eso de las dos de la mañana se nos acabó y no podíamos encontrar una lugar donde comprar más” y hoy estamos aquí en esta misma sociedad sin que nos haya perjudicado en nada el hecho de no encontrar un lugar para comprar cervezas” en la madrugada.

Hoy, se genera una polémica y un tratamiento particular por el horario del cierre de los boliches como si el hecho fuese de vida o muerte, realmente para quien (y en esto quiero hablar desde mi subjetividad) ha formado parte de distintos momentos, pretendo expresar que no encuentro explicación para esto, parecería ser que se producirá una hecatombe social si se cierran los boliches y bares y cualquier otro lugar que lo único que pretende es beneficiarse a si mismo. No estoy en desacuerdo con los beneficios que deben buscar cada uno, si estoy en desacuerdo que esos beneficios no se transformen en perjuicios para nuestros hijos.

Hoy somos todos exponentes de esta sociedad, en la cual estamos queriendo darnos cuenta que algo no este bien, y que debemos hacer mucho para que no se nos escape de la mano. Quizás esa sea la diferencia, ver que las cosas se encaminen por lo que parecería deba ser, lo difícil es determinar que es lo que esta bien y que es lo que esta mal, porque hoy en día parecería ser que se desecha lo viejo por lo nuevo, como si todo lo nuevo fuese mejor, y habrá que revisar, reflexionar como se esta pretendiendo ahora, pero a partir de tomar decisiones fuertes en un principio y que obliguen a un primer cambio, para que después pueda ser consensuado.

Prof. Juan Carlos Díaz

Lic. En Educ. Física

domingo, 16 de marzo de 2008

Es saludable practicar deportes?






¿Es Saludable practicar Deporte?


Dado los acontecimientos parecería que no, pero en realidad el precepto “El Deporte es Salud” debe interpretarse racionalmente, por el hecho que el concepto ha sido enunciado para la apropiación del mismo. Pero esta apropiación no debe corresponder a lo que “vulgarmente” expresamos, “aprendes por las buenas o por las malas”, la diferencia está, que por un lado el mismo no se concreta, en muchas oportunidades. El Día sábado observaba a un nutrido grupo de jugadores reunidos en la puerta de emergencia del Hospital, por un compañero que se había descompuesto durante un partido de fútbol y el cual desgraciadamente falleció.
Esto, no es una sorpresa, ya ha pasado en otras oportunidades y solo los familiares sienten el impacto, por los demás, “tendremos que cuidarnos un poco.”Parecería escucharse, pero, no debería tratarse tan solo de una expresión momentánea ungidos por la situación, porque al sábado siguiente todo vuelve a ser lo mismo
Creo, que ya es tiempo que los mecanismos de control deben comenzar a funcionar a pleno y como corresponden, hay una Ley que establece los horarios de prácticas deportivas y nadie lo hace cumplir, en nuestra provincia, programar los partidos en horarios de siesta con altas temperaturas en una “bomba de tiempo”, si los jugadores entrenados para el deporte sienten el rigor, todos aquellos que practican el juego sin una prevención adecuado, tienen que sufrir las consecuencias. Aparentemente los organizadores están mas preocupados por el “carné” que lo habilita para jugar en cada equipo (no sea cosa que incluyan un jugador no autorizado) a que no lo dejen jugar por no tener el “Carné” Sanitario.
“El fútbol…” cobró otra victima” dice el articulo en el diario, y esa frase me tortura, el “fútbol no tiene la culpa” -ya hice referencia en otra oportunidad con este titulo-, son muchas las causales pero NUNCA el deporte, el juego tiene la intencionalidad del que lo práctica, del que lo organiza, del que lo controla, pero nunca es el culpable. Hasta cuando se debe esperar, cuantos deben morir para que alguien tome la responsabilidad de controlar, de sugerir, orientar, y en el último caso de “Ordenar” lo que se deba o no hacer.

El Deporte No es para todos
La confusión existente es pensar que, “me calzo los cortos, me ato los botines y listo, en seguida vuelvo… no te quedes hasta tarde…” se escucha desde el atrás, y el juego se tornó una pesadilla en muchas ocasiones y podrá continuar siéndolo sino se toman los recuados. El deporte posee una cualidad que lo hace poco aconsejable para quienes lo realizan eventualmente. El deporte impone reglas a las cuales deben adaptarse, sin importarle mucho cuál es la historia medica, cuáles son los factores de riesgo y qué grado de habilidades motrices poseen, . deben correr detrás de una pelota al ritmo de ella, deben inclinarse en ángulos no convenientes para el estado actual y el trabajo cardiaco debe responder al ritmo del deporte o del que le impone el contrincante con el cual esta participando, sumado a ello la imperiosa necesidad de “ganar el juego” las tensiones que se producen, producto de los roces propios del juego y el orgullo de querer demostrar que puede.
El deporte no es para todos, al menos en las condiciones que muchas veces se lo practica, los horarios y el clima poco apto para desarrollar actividades extenuantes en cuerpos poco acondicionados, la excesiva competencia que se genera, como si ello solucionara todos los problemas existentes, el mal estado físico que deja sobrepeso, el tabaquismo, una alimentación desequilibrada e hidratación insuficiente ( este es otro tema mas que importante, sobre todo en los calores de nuestra provincia, y creen que con tomar sorbos de agua de la canilla solucionan el problema, la hidratación es mucho más compleja) en muchas ocasiones hay personas que juegan sábados y domingos pero en fin, como no pasa nada, o mejor dicho las estadísticas -parecería ser- no lo justifican, todo sigue igual.
Pero en realidad, ¿nuestro organismo está preparado para desarrollar actividades físicas extenuantes? La revista científica New England Journal of Medicina[1] publicó un artículo sobre el riesgo de sufrir un infarto de miocardio (músculo del corazón) por parte de los deportistas ocasionales, debido que someten a dicho órgano a una sobrecarga de trabajo en forma repentina. La investigación informa que el peligro de un incidente cardiaco disminuye notablemente si en vez de hacer deporte esporádicamente se hace con regularidad y en forma aeróbica, en otras palabras, realizar actividades que lleven aire a los pulmones en forma equilibrada.
Pero, si de gustos se trata, jugar al fútbol todos los fines de semanas, implica tomar precauciones, como visitar el médico para hacer una evaluación. El examen físico contemplará revisión cardiovascular, (electrocardiograma, ergometría, un exámen de laboratorio mediante el cual se valoran diversas sustancias liberadas en la sangre por diversos tejidos del cuerpo, cuyas cantidades pueden reflejar diversa anomalías en los mismos, como Glucosa, Acido Ürico, Colesterol, y quizás otros exámenes más que el especialista lo considere necesario), que indique la condición física actual y con ello determinar la intensidad de la actividad que se tiene que realizar, como así también conocerr posibles lesiones o mal funcionamiento del organismo. Y si de todo ello implica que es aconsejable cambiar de actividad física, ¿Cuál es el problema? Nadie ha muerto por no jugar, pero, si mueren por jugar al fútbol.

Los distintos aires de una realidad y posibilidades de mejoras
Los avances científicos cada día son mas especializados, oportunos y necesarios para determinar las posibilidades de alargar, salvar vidas y mejorar la calidad de la misma, pero paradójicamente parecería que, todavía nos falta mucho para llegar a concienciar acerca de lo invalorable de estos avances, y como revertir los incidentes traumáticos que se producen en las prácticas física –deportivas, los cuales nos permitirían reducir estos tipos de incidentes que se están acercando mucho a lo corriente y si seguimos así lo podremos considerar como algo natural.
Quizás en un intento de poder lograr una conciencia que se acerque más a los beneficios que ocasionan las actividades físicas-deportivas, se deba implementar (una vez) una Política Deportiva, que permita la conjunción de Instituciones que están relacionadas con las actividades Físicas y la Salud (por ejemplo), porque siempre han trabajado por separado, como si no formaran parte de un mismo problema, se podría intentar con los Profesorados en Educación Física, con sus especialistas en (Preparación Física, en investigación); Colegio de Médicos con sus especialistas en Salud, (Nutrición, Deportes); Colegio de Fisioterapeutas (con sus especialistas en lesiones traumáticas de personas deportistas), Colegios de Abogados (con los especialistas en Legislación Deportiva), y tantas otras que puedan surgir, y a la vez regidos por una Sub-Secreatria de Deportes cuyo rango le permite una mayor prestancia y responsabilidad para lograr autonomía en sus acciones y tomar decisiones concientes y coherentes para la implementación de actividades funcionales para el beneficio de todos los deportistas.
El deporte es un gran aliado de la salud, pero, “No haga deportes para ponerse físicamente en forma, póngase físicamente en forma para hacer deportes “ ( Saavedra C. El Mercurio, Mayo de 1982)

Juan Carlos Díaz
Licenciado en educación Física

[1] Fitness,Salud y Deporte Carlos Saavedra

¿La violencia en el Juego o Juego violento?

La violencia en los niños forma parte de la intoxicación que éstos tienen del mundo violento en el que viven. De manera que hay que ver qué empezamos a hacer los adultos, porque los que producimos los comportamientos tóxicos somos nosotros, estamos produciendo aquello que después criticamos. Los chicos vienen intoxicados de conductas que han perdido el sentido de lo que significa la ética del cuidado, que implica el reconocimiento de la dignidad del sujeto en tanto persona”, expresó la reconocida psicóloga Eva Giberti
Al ser tan compleja la formación de los educandos, cuyos efectos sobre ellos producen todas las manifestaciones emergentes, productos de una sociedad que, de lo que menos se ocupa es de la educación, entonces no puede ser menos la respuesta de los mismos, quienes como dice el DR. Jaim Etcheverry en su libro La Tragedia Educativa “nuestros alumnos quizás no comprenden lo que leen en los libros, pero comprenden muy bien lo que leen en la sociedad”[1], y si en ellos se ponen de manifiesto acciones que tan solo exaltan la competitividad, la vulgaridad, la violencia, lo cual es mirado como parte de esa realidad, que parece tan natural como los que sostienen que, “ el ser humano es por naturaleza, competitivo, violento, y se aferran a esa verdad, para seguir generando acciones que refuercen estos hechos, para después preguntarnos ¿Por qué, pasa lo que nos pasa? ¿Y si es como dicen que nuestros alumnos copian lo que ven, que se puede esperar entonces?
El Juego
El juego que tiene tantas acepciones como autores lo puedan establecer, es el espacio donde se pueden construir y reconstruir las identificaciones, más allá de otras diferentes como es el de la familia por ej. En donde el niño/adolescente/adulto reconoce su propio pensar y decir, lo cual tiene mucho que ver con su propia identidad. Entonces podríamos dejar establecido que si pensamos al juego como generador de situaciones formativas y pueda establecerse como una acción preventiva y poder pensar al mismo, como un factor de desarrollo y mejoramiento de conductas humanas, nos cabria la responsabilidad, la idea, el compromiso de usarlo de una manera más efectiva y de mayor valor.
En el juego (lúdico) el sujeto es libre, espontáneo y creativo, “es el momento en donde se lleva a la máxima expresión la imaginación, es uno con uno mismo”, en cambio cuando se enfrenta a otros, se lo vive de manera distinta, es, como una situación de locura ideal, por momentos mágica, en donde uno se desentiende del mundo real en forma conciente, pero, a la vez, entran en juego tres cuestiones diferentes, pero entrelazadas, la pasión, la agresividad y la violencia
. Tres cuestiones que parecen sinónimas, todas engendran la locura, que se justifica desde esa mirada. La pasión se entiende como desorden del ánimo, como preferencia muy viva por algo y como afición vehemente. La agresividad como capacidad de brío o de decisión para una acción, como posible propensión a ofender o como un hecho que implica una provocación o un ataque. Y la violencia comprende actos fuera de su estado natural, lo que supone ímpetu y fuerza, que se realiza con brusquedad,[2] todas generan acciones contra el gusto, el placer y la alegría, hechos que por lo general quedan fuera de la razón y la justicia.
En consecuencia, la cuestión queda reducida a poder encontrar acciones que respondan a lo que se plantea ¿es el juego violento o hay violencia en el juego?
Creo que la violencia no esta en el juego, ni que tampoco un juego sea violento, porque también nosotros antes jugábamos “a los soldados, los coboys como solíamos decirlo” y no cometíamos semejantes barbaridades como se ven ahora.
Es muy probable que el juego sea el desencadenante de esa violencia, pero, no establezcamos que el juego incita a la violencia, no porque juegue a este o tal juego será violento, ello podrá ser quizás, porque se ha ido formando de esa manera, empapándose en un medio que lo ha ido llevando a mirar de esa “esa manera”, con acciones que lo han ido haciendo ver que es como que no existe otra forma y llega a un momento en el cual explota y ese momento es cuando juega, se libera y expone sus intenciones.
Creo que debemos buscar la respuesta en otro lado, quizás en una sociedad que nos esta marcando un camino hacia la locura, no es descabellado decir que las discusiones hoy en día no terminan en una simple pelea, por lo general terminan en hechos de extrema violencia, sino la muerte, es necesario prestarle atención a lo que se ve en los distintos medios de comunicación, para darnos cuenta que la mirada es para otro lado, el juego es tan solo, un juego, pero lo que lo transforma en distinto es la intencionalidad que lo lleva a jugarlo, quizás si le prestamos más atención y proponemos una mayor incidencia en lo lúdico, las cosas sean diferentes.
Pero mientras sigamos mostrándoles incoherencia en nuestro accionar, injusticia en nuestros fallos y equivocaciones en nuestra toma de decisiones, seguiremos observando las consecuencias en el accionar de nuestros jóvenes.


Prof. Juan Carlos Díaz
Lic. En Educ. Física
Violin1182004@yahoo. com. ar







[1] La tragedia Educativa- Dr. Jaim Etcheverry pag 60
[2] Jesús Castañon Rodríguez

Jornadas de Liderazgo

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Lic. Juan Carlos Diaz

Convivencia

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Colegio del Centenario