He llegado a una conclusión aterradora
Yo soy el elemento decisivo en el aula.
Es mi actitud personal la que crea el clima.
Es mi humor diario el que determina el tiempo.
Como maestro poseo el poder tremendo de hacer que la vida de un niño se miserable o feliz.
Puedo ser un instrumento de humor, de lesión o de cicatrización.
En todas las situaciones es mi respuesta la que decide si una crisis se agudiza o se apacigua y un niño se humaniza o se deshumaniza. Dr. Ginot
Los niños son los mensajes vivientes que enviamos a un tiempo que no hemos de ver (Neil Postman)
viernes, 16 de julio de 2010
domingo, 16 de mayo de 2010
sábado, 15 de mayo de 2010
Yo soy el de Educacion Fisica
YO SOY EL DE EDUCACION FISICA
• Publicado por silvio hernan rosales el abril 14, 2010 a las 8:51pm
•
Sí, ¡yo soy el de Educación Física!
Formo parte de un cuerpo especial, de un grupo de docentes privilegiados, de un una banda de ilusionados, de los que conectan con sus alumnos, de los que valoran la educación en toda su globalidad, de los que tratan de mejorar día a día, de los que se sienten solos en los Claustros, de los que las familias no solicitan su acción tutorial, de los que pasan frío y calor por esos patios, de los que todavía les queda mucho por aprender, de los olvidados por la administración...
Si, soy el de Educación Física. Cuando los cimientos de la escuela se tambalean porque sus enseñanzas han dejado de interesar a nuestros alumnos, la Educación Física se muestra como uno de los pilares que aún la sostienen.
Los niños vienen al cole de otra manera cuando toca "gimnasia". Llegan con ilusión y motivación. ¿Qué se le habrá ocurrido al maestro? ¿Maestro que vamos hacer hoy?. Esas preguntas nos llenan de satisfacción y aumentan nuestra maltrecha autoestima. Es entonces cuando nos colgamos la placa en el pecho, como si Sherif se tratara.
¡Somos los de Educación Física!. Con nuestros alumnos nos sentimos importantes porque ellos nos valoran. Cabalgamos de clase en clase como un "Llanero solitario", porque somos los de Educación Física.
Nuestros alumnos están ávidos de dar su clase de Educación Física, recogen rápidamente los libros y sus enseres en cuanto abrimos la puerta del aula, esas caras aburridas se transforman, los ojos le brillan, echan chispas, en sus rostros se empiezan a dibujar sonrisas, están impacientes, se mueven de las sillas, se nota un cierto nerviosismo por salir al patio cuanto antes, ha llegado el de Educación Física.
Somos especiales porque nuestra asignatura es especial, aprovechemos su motivación intrínseca. No dejemos escapar esa gran oportunidad educativa.
Apriétate el cinturón, colócate bien la placa, ajústate el sombrero y vamos a jugar, vamos a crear situaciones de aprendizaje en donde los niños se sientan a gusto, seguros, ilusionados, con ganas de moverse...
Aprovechemos la motricidad para educar, formemos personas competentes, trabajemos sus emociones y sus relaciones sociales, hagamos de ellos personas más autónomas y autosuficientes, mejoremos su autoestima, fomentemos su creatividad, desarrollemos su capacidad de esfuerzo...
Olvidemos nuestras frustraciones profesionales, esquivemos las zancadillas que nos pone la sociedad, ignoremos los prejuicios sobre nuestra área.
Sintámonos orgullosos de lo que somos. Te vuelvo a decir, somos un cuerpo especial. Nos reducen los horarios, se nos marginan de las competencias básicas, ¿y la competencia motriz, dónde está?, la especialidad desaparece de la formación universitaria de magisterio,¿ adónde vamos a ir a parar?...
Quieren alumnos competentes, ¿pero en qué? En lengua, matemáticas y en el conocimiento e interacción con el medio. ¿Y las otras cinco competencias?
¿Quién las va a desarrollar? ¿Cómo puede interactuar un niño desde su pupitre? ¿Cómo puede mejorar su autonomía personal si no ha desarrollado sus cualidades y habilidades y destrezas motrices? ¿Cómo puede interactuar con los demás si sólo puede relacionarse con los compañeros de las mesas que hay a su alrededor?...
Está claro que somos un "grano en el culo" para la administración, entorpecemos los horarios, nos tienen que suplir las bajas con otros especialistas, no lo pueden hacer con los de apoyo o con otros docentes del centro.
Ahora todos generalistas y volvemos al dicho de antes "El maestro Liendre de todo sabe y de nada entiende". Sí, en eso parecer ser que consiste una educación de calidad, en crear un profesorado más técnico, pero menos especializado en nada.
¡Somos los de Educación Física!
Desafortunadamente qué poco nos quedará por serlos. Nos están pidiendo la placa y el arma, pero si al final todos somos generalistas, no olvidéis vuestras raíces, porque... ¡Somos los de Educación Física
• Publicado por silvio hernan rosales el abril 14, 2010 a las 8:51pm
•
Sí, ¡yo soy el de Educación Física!
Formo parte de un cuerpo especial, de un grupo de docentes privilegiados, de un una banda de ilusionados, de los que conectan con sus alumnos, de los que valoran la educación en toda su globalidad, de los que tratan de mejorar día a día, de los que se sienten solos en los Claustros, de los que las familias no solicitan su acción tutorial, de los que pasan frío y calor por esos patios, de los que todavía les queda mucho por aprender, de los olvidados por la administración...
Si, soy el de Educación Física. Cuando los cimientos de la escuela se tambalean porque sus enseñanzas han dejado de interesar a nuestros alumnos, la Educación Física se muestra como uno de los pilares que aún la sostienen.
Los niños vienen al cole de otra manera cuando toca "gimnasia". Llegan con ilusión y motivación. ¿Qué se le habrá ocurrido al maestro? ¿Maestro que vamos hacer hoy?. Esas preguntas nos llenan de satisfacción y aumentan nuestra maltrecha autoestima. Es entonces cuando nos colgamos la placa en el pecho, como si Sherif se tratara.
¡Somos los de Educación Física!. Con nuestros alumnos nos sentimos importantes porque ellos nos valoran. Cabalgamos de clase en clase como un "Llanero solitario", porque somos los de Educación Física.
Nuestros alumnos están ávidos de dar su clase de Educación Física, recogen rápidamente los libros y sus enseres en cuanto abrimos la puerta del aula, esas caras aburridas se transforman, los ojos le brillan, echan chispas, en sus rostros se empiezan a dibujar sonrisas, están impacientes, se mueven de las sillas, se nota un cierto nerviosismo por salir al patio cuanto antes, ha llegado el de Educación Física.
Somos especiales porque nuestra asignatura es especial, aprovechemos su motivación intrínseca. No dejemos escapar esa gran oportunidad educativa.
Apriétate el cinturón, colócate bien la placa, ajústate el sombrero y vamos a jugar, vamos a crear situaciones de aprendizaje en donde los niños se sientan a gusto, seguros, ilusionados, con ganas de moverse...
Aprovechemos la motricidad para educar, formemos personas competentes, trabajemos sus emociones y sus relaciones sociales, hagamos de ellos personas más autónomas y autosuficientes, mejoremos su autoestima, fomentemos su creatividad, desarrollemos su capacidad de esfuerzo...
Olvidemos nuestras frustraciones profesionales, esquivemos las zancadillas que nos pone la sociedad, ignoremos los prejuicios sobre nuestra área.
Sintámonos orgullosos de lo que somos. Te vuelvo a decir, somos un cuerpo especial. Nos reducen los horarios, se nos marginan de las competencias básicas, ¿y la competencia motriz, dónde está?, la especialidad desaparece de la formación universitaria de magisterio,¿ adónde vamos a ir a parar?...
Quieren alumnos competentes, ¿pero en qué? En lengua, matemáticas y en el conocimiento e interacción con el medio. ¿Y las otras cinco competencias?
¿Quién las va a desarrollar? ¿Cómo puede interactuar un niño desde su pupitre? ¿Cómo puede mejorar su autonomía personal si no ha desarrollado sus cualidades y habilidades y destrezas motrices? ¿Cómo puede interactuar con los demás si sólo puede relacionarse con los compañeros de las mesas que hay a su alrededor?...
Está claro que somos un "grano en el culo" para la administración, entorpecemos los horarios, nos tienen que suplir las bajas con otros especialistas, no lo pueden hacer con los de apoyo o con otros docentes del centro.
Ahora todos generalistas y volvemos al dicho de antes "El maestro Liendre de todo sabe y de nada entiende". Sí, en eso parecer ser que consiste una educación de calidad, en crear un profesorado más técnico, pero menos especializado en nada.
¡Somos los de Educación Física!
Desafortunadamente qué poco nos quedará por serlos. Nos están pidiendo la placa y el arma, pero si al final todos somos generalistas, no olvidéis vuestras raíces, porque... ¡Somos los de Educación Física
lunes, 10 de mayo de 2010
Liderazgo caracteristicas
Características básicas del líder
Muchas son las cualidades que definen al líder.
En esta lección vamos a señalar aquellas que se podrían considerar básicas (son necesarias para que exista un auténtico líder), mientras que en la lección siguiente se analizarán otras complementarias (contribuyen a realzar la figura del líder).
El líder debe poseer todas estas cualidades básicas, lógicamente unas más que otras, pero todas ellas deben estar presentes.
La ausencia de alguna de ellas dificultaría ejercer un auténtico liderazgo.
Como cualidades básicas señalamos:
Visionario: el líder se caracteriza por su visión a largo plazo, por adelantarse a los acontecimientos, por anticipar los problemas y detectar oportunidades mucho antes que los demás.
El líder no se contenta con lo que hay, es una persona inconformista, creativa, que le gusta ir por delante.
Persona de acción: el líder no sólo fija unos objetivos exigentes sino que lucha denodadamente por alcanzarlos, sin rendirse, con enorme persistencia, lo que en última instancia constituye la clave de su éxito.
El líder no se contenta con soñar, el líder quiere resultados.
Brillante: el líder sobresale sobre el resto del equipo, bien por su inteligencia, bien por su espíritu combativo, bien por la claridad de sus planteamientos, etc., o probablemente por una combinación de todo lo anterior.
Coraje: el líder no se amilana ante las dificultades; las metas que propone son difíciles (aunque no imposibles), hay que salvar muchos obstáculos, hay que convencer a mucha gente, pero el líder no se desalienta, está tan convencido de la importancia de las mismas que luchará por ellas, superando aquellos obstáculos que vayan surgiendo.
El líder defiende con determinación sus convicciones.
Contagia entusiasmo: el líder consigue entusiasmar a su equipo; ellos perciben que las metas que persigue el líder son positivas tanto para la empresa como para los empleados.
El futuro que ofrece el líder es tan sugerente que merece la pena luchar por ello.
Esta es una de las características fundamentales del líder, el saber contagiar su entusiasmo, el conseguir que el equipo le siga, que comparta sus objetivos.
Sin un equipo que le siga, una persona con las demás características sería un lobo solitario pero nunca un líder (el liderazgo va siempre unido a un equipo).
Gran comunicador: otra cualidad que caracteriza al líder son sus dotes de buen comunicador, habilidad que le va a permitir "vender" su visión, dar a conocer sus planes de manera sugerente.
Convincente: el líder es persuasivo; sabe presentar sus argumentos de forma que consigue ganar el apoyo de la organización.
Gran negociador: el líder es muy hábil negociando. La lucha por sus objetivos le exige negociar continuamente, tanto dentro de la empresa, como con clientes, proveedores, entidades financieras, accionistas, etc.
El líder demuestra una especial habilidad para ir avanzando en el largo camino hacia sus objetivos.
Capacidad de mando: el líder debe basar su liderazgo en el arte de la convicción, pero también tiene que ser capaz de utilizar su autoridad cuando sea necesario.
El líder es una persona compresiva, pero no una persona blanda (los subordinados le perderían el respeto).
El líder no puede abusar del "ordeno y mando" ya que resulta imposible motivar a un equipo a base de autoritarismo, pero debe ser capaz de aplicar su autoridad sin temblarle el pulso en aquellas ocasiones que lo requieran.
Exigente: con sus empleados, pero también, y muy especialmente, consigo mismo. La lucha por unas metas difíciles requiere un nivel de excelencia en el trabajo que tan sólo se consigue con un alto nivel de exigencia.
Si el líder fuera exigente con sus empleados pero no consigo mismo no sería un líder, sería un déspota que pondría a toda la organización en su contra.
Carismático: si además de las características anteriores, el líder es una persona carismática, nos encontraríamos ante un líder completo.
El carisma es una habilidad natural para seducir y atraer a las personas, es auténtico magnetismo personal. El carisma permite ganarse al equipo, que se siente atraído por su líder.
No obstante, hay que señalar que es perfectamente posible un líder sin carisma.
Para una empresa es preferible tener un líder sin carisma con un alto sentido de la honestidad, que un líder carismático que utilice la organización en su propio beneficio.
Honestidad: unos elevados valores éticos son fundamentales para que el liderazgo se mantenga en el tiempo y no se trate de un simple "bluff" pasajero.
El equipo tiene que tener confianza plena en su líder, tiene que estar absolutamente convencido que el líder va a actuar honestamente y no le va a dejar en la estacada.
Si los subordinados detectan que el líder no juega limpio y que tan sólo le preocupan sus propios intereses, perderán su confianza en él, proceso que una vez iniciado es muy difícil de parar.
Cumplidor: el líder tiene que ser una persona de palabra: lo que promete lo cumple.
Es la única forma de que el equipo tenga una confianza ciega en él.
Coherente: el líder tiene que vivir aquello que predica.
Si exige dedicación, él tiene que ser el primero; si habla de austeridad, él tiene que dar ejemplo; si demanda lealtad, él por delante.
El líder predica principalmente con el ejemplo: no puede exigir algo a sus subordinados que él no cumple.
Además, el mensaje del líder debe ser coherente en el tiempo.
No puede pensar hoy de una manera y mañana de otra radicalmente distinta: confundiría a su equipo.
Esto no implica que no pueda ir evolucionando en sus planteamientos
Muchas son las cualidades que definen al líder.
En esta lección vamos a señalar aquellas que se podrían considerar básicas (son necesarias para que exista un auténtico líder), mientras que en la lección siguiente se analizarán otras complementarias (contribuyen a realzar la figura del líder).
El líder debe poseer todas estas cualidades básicas, lógicamente unas más que otras, pero todas ellas deben estar presentes.
La ausencia de alguna de ellas dificultaría ejercer un auténtico liderazgo.
Como cualidades básicas señalamos:
Visionario: el líder se caracteriza por su visión a largo plazo, por adelantarse a los acontecimientos, por anticipar los problemas y detectar oportunidades mucho antes que los demás.
El líder no se contenta con lo que hay, es una persona inconformista, creativa, que le gusta ir por delante.
Persona de acción: el líder no sólo fija unos objetivos exigentes sino que lucha denodadamente por alcanzarlos, sin rendirse, con enorme persistencia, lo que en última instancia constituye la clave de su éxito.
El líder no se contenta con soñar, el líder quiere resultados.
Brillante: el líder sobresale sobre el resto del equipo, bien por su inteligencia, bien por su espíritu combativo, bien por la claridad de sus planteamientos, etc., o probablemente por una combinación de todo lo anterior.
Coraje: el líder no se amilana ante las dificultades; las metas que propone son difíciles (aunque no imposibles), hay que salvar muchos obstáculos, hay que convencer a mucha gente, pero el líder no se desalienta, está tan convencido de la importancia de las mismas que luchará por ellas, superando aquellos obstáculos que vayan surgiendo.
El líder defiende con determinación sus convicciones.
Contagia entusiasmo: el líder consigue entusiasmar a su equipo; ellos perciben que las metas que persigue el líder son positivas tanto para la empresa como para los empleados.
El futuro que ofrece el líder es tan sugerente que merece la pena luchar por ello.
Esta es una de las características fundamentales del líder, el saber contagiar su entusiasmo, el conseguir que el equipo le siga, que comparta sus objetivos.
Sin un equipo que le siga, una persona con las demás características sería un lobo solitario pero nunca un líder (el liderazgo va siempre unido a un equipo).
Gran comunicador: otra cualidad que caracteriza al líder son sus dotes de buen comunicador, habilidad que le va a permitir "vender" su visión, dar a conocer sus planes de manera sugerente.
Convincente: el líder es persuasivo; sabe presentar sus argumentos de forma que consigue ganar el apoyo de la organización.
Gran negociador: el líder es muy hábil negociando. La lucha por sus objetivos le exige negociar continuamente, tanto dentro de la empresa, como con clientes, proveedores, entidades financieras, accionistas, etc.
El líder demuestra una especial habilidad para ir avanzando en el largo camino hacia sus objetivos.
Capacidad de mando: el líder debe basar su liderazgo en el arte de la convicción, pero también tiene que ser capaz de utilizar su autoridad cuando sea necesario.
El líder es una persona compresiva, pero no una persona blanda (los subordinados le perderían el respeto).
El líder no puede abusar del "ordeno y mando" ya que resulta imposible motivar a un equipo a base de autoritarismo, pero debe ser capaz de aplicar su autoridad sin temblarle el pulso en aquellas ocasiones que lo requieran.
Exigente: con sus empleados, pero también, y muy especialmente, consigo mismo. La lucha por unas metas difíciles requiere un nivel de excelencia en el trabajo que tan sólo se consigue con un alto nivel de exigencia.
Si el líder fuera exigente con sus empleados pero no consigo mismo no sería un líder, sería un déspota que pondría a toda la organización en su contra.
Carismático: si además de las características anteriores, el líder es una persona carismática, nos encontraríamos ante un líder completo.
El carisma es una habilidad natural para seducir y atraer a las personas, es auténtico magnetismo personal. El carisma permite ganarse al equipo, que se siente atraído por su líder.
No obstante, hay que señalar que es perfectamente posible un líder sin carisma.
Para una empresa es preferible tener un líder sin carisma con un alto sentido de la honestidad, que un líder carismático que utilice la organización en su propio beneficio.
Honestidad: unos elevados valores éticos son fundamentales para que el liderazgo se mantenga en el tiempo y no se trate de un simple "bluff" pasajero.
El equipo tiene que tener confianza plena en su líder, tiene que estar absolutamente convencido que el líder va a actuar honestamente y no le va a dejar en la estacada.
Si los subordinados detectan que el líder no juega limpio y que tan sólo le preocupan sus propios intereses, perderán su confianza en él, proceso que una vez iniciado es muy difícil de parar.
Cumplidor: el líder tiene que ser una persona de palabra: lo que promete lo cumple.
Es la única forma de que el equipo tenga una confianza ciega en él.
Coherente: el líder tiene que vivir aquello que predica.
Si exige dedicación, él tiene que ser el primero; si habla de austeridad, él tiene que dar ejemplo; si demanda lealtad, él por delante.
El líder predica principalmente con el ejemplo: no puede exigir algo a sus subordinados que él no cumple.
Además, el mensaje del líder debe ser coherente en el tiempo.
No puede pensar hoy de una manera y mañana de otra radicalmente distinta: confundiría a su equipo.
Esto no implica que no pueda ir evolucionando en sus planteamientos
lunes, 3 de mayo de 2010
sábado, 1 de mayo de 2010
jueves, 29 de abril de 2010
miércoles, 28 de abril de 2010
Mirar el Mundial de Futbol en la Escuela
¿El Mundial en la Escuela, Pedagógico ?
Directivos Educativos, Políticos y todos aquellos que tienen poder de decisión, pretenden justificar pedagógicamente mirar el Mundial de fútbol en las escuelas, “ , con el propósito de evitar el ausentismo, como base para estudiar al país organizador su historia costumbres, y para que los alumnos puedan compartir con sus compañeros... será una fiesta ”, Don Julio quiere que los chicos vean el Mundial...” “ que cada provincia decida...”, el Ministerio de Educación, en una palabra referentes de la educación o no, tienen una opinión confusa, desde mi punto de vista.
Acaso un Mundial de fútbol, no despierta sensaciones inimaginables en todos y cada uno de nosotros de distinta manera? “Hay quienes nos convertimos en técnicos alternos, que mal hecho el cambio, yo pondría tres defensores etc.etc.” “otros miran en silencio, sacando sus propias conclusiones” “otros cuando el partido esta difícil”,cruzan los dedos” y así miles de maneras, tantas como personas lo ven. Se bate record de audiencias cuando se Televisa la inauguración de un Mundial, Olimpíadas y todo evento de máxima expresión, en donde se pone en juego la creatividad, la imaginación, el colorido, y en donde la pincelada de irrealidad surca en lo mas profundo de nuestro ser. Cuando la pelota rueda en el césped y se deposita en el arco contrario, ¿qué se siente? ¿Tienen alguna explicación las distintas sensaciones?
Evidentemente, la educación no puede prescindir de la realidad social pero tampoco puede estar sujeta a un relativismo cultural; hay una educación del individuo que sobrepasa dicho relativismo, y esa es la que hay identificar.
Por un lado si la misión de la escuela es favorecer el acceso a la cultura, ella debe permitir a los que la frecuentan, poder alcanzar una forma mas de socialización y un procedimiento de acceso a uno de los bienes culturales más característicos de nuestra época, el deporte y en este caso el fútbol, y el mundial que se aproxima, se necesita comprender el sentimiento y la pasión popular, -aunque esto pueda ser discutido en otras oportunidades-, para tomar una decisión o no.
Por el otro lado vincularlo como una práctica pedagógica a observar los partidos del mundial y sobre todo en los que juega nada más que nuestra selección, es entrar en el terreno de pretender hacerles creer a nuestros alumnos que únicamente es pedagógico cuando juega nuestro selección y si nuestra selección es eliminada, se prescindiría de la acción pedagógica porque se dejaría de observar en las escuelas la excelencia de quienes llegan a las instancias finales. El Mundial es un hecho social de gran relevancia que no marca fronteras, el deporte y el color de la camiseta no tiene explicación lógica “cuando el equipo sale a la cancha invade la adrenalina” tan solo se siente.
Por ello y por muchas otras cuestiones, es que niego a comprender la justificaciones pedagógicas con las que se pretenden darle importancia a “mirar el Mundial en la Escuela”.
Si hay que legislar sobre el Mundial, que se disponga que todas las escuelas reciban televisores, y si Don Julio Grondona quiere opinar de la importancia de mirarlo que genere los recursos para que ningún alumno se lo pierda.
Pero, hablar del deporte y la pedagogía esta más allá de un Mundial, se requiere de mayores precisiones y tiempos de discusiones, -quizás otro momento- esto conlleva mas que nada un sentido que podríamos llamarlo “común” aunque no me gusta hablar de “ sentido común”, pero deberíamos apelar al mismo, porque es lo que la mayoría en este caso lo pide, con una explicación coherente de parte nuestros directivos, pero no me parece atinado una justificación pedagógica.
Prof. Juan Carlos Diaz
Lic. En Educación Física
Directivos Educativos, Políticos y todos aquellos que tienen poder de decisión, pretenden justificar pedagógicamente mirar el Mundial de fútbol en las escuelas, “ , con el propósito de evitar el ausentismo, como base para estudiar al país organizador su historia costumbres, y para que los alumnos puedan compartir con sus compañeros... será una fiesta ”, Don Julio quiere que los chicos vean el Mundial...” “ que cada provincia decida...”, el Ministerio de Educación, en una palabra referentes de la educación o no, tienen una opinión confusa, desde mi punto de vista.
Acaso un Mundial de fútbol, no despierta sensaciones inimaginables en todos y cada uno de nosotros de distinta manera? “Hay quienes nos convertimos en técnicos alternos, que mal hecho el cambio, yo pondría tres defensores etc.etc.” “otros miran en silencio, sacando sus propias conclusiones” “otros cuando el partido esta difícil”,cruzan los dedos” y así miles de maneras, tantas como personas lo ven. Se bate record de audiencias cuando se Televisa la inauguración de un Mundial, Olimpíadas y todo evento de máxima expresión, en donde se pone en juego la creatividad, la imaginación, el colorido, y en donde la pincelada de irrealidad surca en lo mas profundo de nuestro ser. Cuando la pelota rueda en el césped y se deposita en el arco contrario, ¿qué se siente? ¿Tienen alguna explicación las distintas sensaciones?
Evidentemente, la educación no puede prescindir de la realidad social pero tampoco puede estar sujeta a un relativismo cultural; hay una educación del individuo que sobrepasa dicho relativismo, y esa es la que hay identificar.
Por un lado si la misión de la escuela es favorecer el acceso a la cultura, ella debe permitir a los que la frecuentan, poder alcanzar una forma mas de socialización y un procedimiento de acceso a uno de los bienes culturales más característicos de nuestra época, el deporte y en este caso el fútbol, y el mundial que se aproxima, se necesita comprender el sentimiento y la pasión popular, -aunque esto pueda ser discutido en otras oportunidades-, para tomar una decisión o no.
Por el otro lado vincularlo como una práctica pedagógica a observar los partidos del mundial y sobre todo en los que juega nada más que nuestra selección, es entrar en el terreno de pretender hacerles creer a nuestros alumnos que únicamente es pedagógico cuando juega nuestro selección y si nuestra selección es eliminada, se prescindiría de la acción pedagógica porque se dejaría de observar en las escuelas la excelencia de quienes llegan a las instancias finales. El Mundial es un hecho social de gran relevancia que no marca fronteras, el deporte y el color de la camiseta no tiene explicación lógica “cuando el equipo sale a la cancha invade la adrenalina” tan solo se siente.
Por ello y por muchas otras cuestiones, es que niego a comprender la justificaciones pedagógicas con las que se pretenden darle importancia a “mirar el Mundial en la Escuela”.
Si hay que legislar sobre el Mundial, que se disponga que todas las escuelas reciban televisores, y si Don Julio Grondona quiere opinar de la importancia de mirarlo que genere los recursos para que ningún alumno se lo pierda.
Pero, hablar del deporte y la pedagogía esta más allá de un Mundial, se requiere de mayores precisiones y tiempos de discusiones, -quizás otro momento- esto conlleva mas que nada un sentido que podríamos llamarlo “común” aunque no me gusta hablar de “ sentido común”, pero deberíamos apelar al mismo, porque es lo que la mayoría en este caso lo pide, con una explicación coherente de parte nuestros directivos, pero no me parece atinado una justificación pedagógica.
Prof. Juan Carlos Diaz
Lic. En Educación Física
martes, 27 de abril de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)